Se calcula que, cada año, 14.000 toneladas de crema solar acaban en los océanos provocando grandes daños en los arrecifes de coral que van muriendo. Los protectores solares son más contaminantes de lo de lo que pensamos ya que están compuestos por dióxido de titanio y por benzofenona 3, que se disuelven y producen grandes daños al ecosistema marino.
Se ha demostrado que los melanomas aparecen más frecuentemente en personas que trabajan en interior que en personas que trabajan al sol o al aire libre.
También se sabe que los melanomas aparecen más en lugares del cuerpo nunca expuestos al sol. Esto se contradice con la teoría de que es la exposición directa al sol, la que produce el cáncer de piel.
Tenemos otras opciones para protegernos de las quemaduras del sol. Podemos volver a la coherencia que se usaba algúnas décadas atrás cómo usar sombreros, o ponernos una camiseta si sentimos que nos estamos quemando y queremos permanecer en la playa. Otra opción es resguardarnos bajo la sombrilla, sobre todo durante las horas que el sol más calienta.
Por nuestra salud y por la de nuestros océanos, volvamos a protegernos del sol naturalmente.
Fuentes:
https://www.vidanaturalia.com/sol-cancer-y-el-peligro-de-las-cremas-solares/