Superar el Ego y Prejuicios.
La realidad conocida hasta ahora está cambiando rápidamente, el mundo de la dualidad está desapareciendo totalmente y para adaptarnos a esta nueva situación tenemos que fluir con ella. Si no lo conseguimos, quizás viene bien echar una mirada hacia nuestro interior y repasar nuestras creencias. Para llegar hasta este punto, tuvimos que plantearnos que era lo que queríamos ser, como nos queríamos sentir, cual honestos queríamos ser con nosotros mismos. Es ahí donde empezó todo. Tuvimos que plantearnos que era bueno para nosotros y lo que nos hacía daño. Nos dimos cuenta de lo que estaba bien y supimos decir no a lo que nos sentaba mal. Conforme hemos ido avanzando, nos hemos planteado mas y mas cosas, intentando estar cada vez mejor, ser cada vez mejor y quizás ha llegado el momento de parar…
Para llegar hasta donde estamos incrementamos nuestros valores mas profundos y eso se hace a través de la dualidad, comparando y juzgando lo que está bien y lo que está mal. Esto nos ha servido hasta ahora, era conveniente observar y juzgar para poder decidir nuestro camino. Y nos ha ido bien, hemos crecido y sobre todo, hemos aprendido a sentirnos bien con nosotros-mismos.
Ahora, recapacitemos.
Para dar el siguiente paso es conveniente vaciar, apartar los juicios de lo que está bien y mal y aceptar. Aceptar a los demás tal y como son, sin juzgar, sin quererles cambiar. Aceptar que hay diferentes formas de ser y de pensar. Aceptar en nuestro fuero interno la negatividad, el miedo, la arrogancia, la intolerancia nuestra y de los demás. Darnos cuenta que todos tenemos derecho a elegir y que si nosotros elegimos ser de una manera, podemos mostrarlo, reflejarlo y no tratar de que los demás sigan nuestro ejemplo, ni siquiera juzgarlos por ello. Si queremos cambiarlos, si no les aceptamos tal y como son estamos dejando que nuestro Ego hable por nosotros. Cuando juzgamos, permitimos que el Ego tome las riendas y decida. Cuando queremos influir en los demás es porque seguimos teniendo miedo y el miedo pertenece al Ego, al Yo. Tiene que ver con la sensación de estar separado y por lo tanto con la ilusión de la individualidad.
Por ello, es un buen momento para vaciar. Si nos vaciamos podemos entrar en la Unidad. Vaciándonos de juicios, pre-juicios y del Ego, y sólo desde la humildad, sentimos la conexión íntegra y honesta.
Cuando veamos que estamos juzgando, podemos para y decirnos: “Acepto a esta persona (o situación) tal y como es”. Lo repetimos tres veces desde el corazón para re-afirmarlo. Esto no significa en ningún momento que nos vayamos a cruzar de brazos y no seguir caminando. Seguiremos adelante con aquello que sea apropiado con nuestro propósito, eso si, aceptando a los demás tal y como son.
www.elrincondelaluz.es
0 comentarios