El miedo distorsiona la realidad. Cuando entramos en estado de temor, éste rellena todos los huecos de la mente con las peores hipótesis posibles.

Si supiéramos cuales son nuestros miedos, los aceptásemos y los procesásemos, nos liberaríamos del yugo del miedo.

 

Si cada uno de nosotros pudiera gestionar su lado oscuro, podríamos resolver los problemas del mundo y convertirlo en un lugar mas amoroso, mas respetuoso y jovial.

Piénsalo, si todos somos Uno y Yo soy otro Tú, entonces yo veo lo bueno que hay en ti. Pero si pones enfrente de ti a alguien que te parece ruin o mala persona y dices: Yo soy otro Tú, ¿te sientes identificado/a? Si sientes resistencias, entonces tienes miedo a tu lado oscuro.

 

Sé honesto/a y sin ningún tipo de juicio, pregúntate a que tienes miedo. Escucha, siente y sobre todo recibe. Abre bien fuerte los brazos y con todo tu cariño y compresión sostén tu oscuridad. Eso también es parte de ti y se merece todo tu amor.